martes, noviembre 07, 2006

fuente doctor Moliner

Con luenga calma neoclásica se despliega la alameda al borde del río. Un viejo doctor observa los transeuntes desde su caparazón de bronce, a través de una cortina de moléculas de agua multicolor y guarecido por las ancestrales ramas de un gigantesco ficus centenario.

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